Entregarte, dedicarte, ser.

Mi universo se inició en la promesa de tus entrañas; entregarte el ramo de flores más hermoso de este mundo no es suficiente.

Con ternura, mediante tu amamantar, me enseñaste a comer; para invitarte a una cena especial basta con darte un beso.

Mis primeros pasos sobre la tierra contaron con el inspirador apoyo de tu protectora mirada; dedicarte un baile, serían simples gotas de alegría.

Las primeras palabras pronunciadas por mi voz son remedos de tu amoroso lenguaje; escribirte un poema jamás expresaría el amor de tus palabras de madre.

Tus canciones de cuna, con sus bellas melodías, me permitieron conocer mediante tu descripción la hermosura de este mundo; cantarte una canción es expresar una melodía de amor y agradecimiento.

Mis buenas costumbres y educación se formaron moldeadas por tu estricta crianza y tu amorosa permisividad; querida madre, enseñarte más acerca del amor, no puedo.

Tus cuidados y amor me ayudaron a crecer, de la misma manera en que florece un rosal, asistido por la vital agua alimentando a sus raíces; para darte una rosa basta con mostrarte a mi corazón.

Junto con mi alegría compartes mis éxitos; dedicártelos a ti, siempre.

En mis momentos de fracaso, estas sin temor a mi lado, dándome apoyo y comprensión; preocuparte con mis dificultades es inevitable.

Todos los segundos de mi vida se transforman en alegres minutos y luego en felices horas, siempre que tengo tu amorosa imagen en mis pensamientos adorada madre; brindarte mi paciencia es tomar fragmentos de aquella que tú tiernamente tuviste conmigo.

Para ti madre siempre seré bebé, niño y adulto. Toda mi vida estará felizmente marcada por tu sello de amor; dedicarte todo mi ser no es necesario, tú madre, ya eres dueña de él, inclusive mucho antes de Yo tener verdadera conciencia de nuestro amor.

Feliz Día de la Madre.